IMCE-ASEDH

Otra área importante para la innovación basada en la ciencia y evidencia que está presente en el Proyecto Transformando Escuelas es la construcción de conocimientos y competencias de los profesionales vinculados al sistema educativo a través de un sólido programa de formación que transforma, en primer lugar, la mente del educador.

Los programas de formación que implementamos permiten unir investigación, teoría y sugerencias para la práctica, apuntando a la conformación de una nueva generación de profesionales comprometidos con la innovación de su práctica inspirada en la ciencia y evidencia.

En este sentido, establecimos cinco principios básicos que fundamentan nuestras propuestas de formación para transformar las escuelas:

    1. Partir de las evidencias científicas que permiten mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje: sin duda alguna, estamos frente a la posibilidad de transformar el sistema educativo a partir de lo que la evidencia científica viene construyendo en los últimos años. La educación basada en la evidencia y la ciencia representa hoy el camino más seguro para construir un proceso profundo de innovación de la práctica pedagógica puesto que el educador podrá cambiar su práctica a partir de la mejor evidencia disponible sobre los procesos de enseñanza y aprendizaje según su contexto y necesidad. Hoy, un conjunto sólido de evidencias construidas en los campos de la Neurociencia (educacional, afectiva, cognitiva y social), la Ciencia del Aprendizaje y la Ciencia del Desarrollo Infantil Temprano pueden brindar los fundamentos básicos para un proceso de innovación y transformación del sistema educativo. 
    2. Facilitar el acceso al conocimiento científico que viene revelando el funcionamiento del cerebro humano y su relación con el aprendizaje: la alfabetización científica al educador y la alfabetización pedagógica al investigador no solo permitirá el enlace entre teoría e práctica, sino que permitirá cambiar la forma que entendemos el enseñar y aprender. Hoy, abogamos por un enfoque de los procesos de enseñanza y aprendizaje basados en la forma en que el ser humano aprende, considerando que los educadores trabajan de forma primordial y fundamental con el órgano principal del proceso de aprendizaje, el cerebro humano. Entender al cerebro humano permitirá al educador mejorar su práctica pedagógica facilitando la interconexión entre las dimensiones que nos conforman como seres humanos. 
    3. Abogar por la comprensión y consideración de la variabilidad individual en los procesos de desarrollo y aprendizaje: teniendo en cuenta que el desarrollo de los niños y adolescentes es un proceso complejo y único, que posee muchos componentes de análisis, que está vinculado a factores genéticos, epigenéticos y ambientales, y que la variabilidad individual refuerza que cada estudiante aprende de forma diferente, independiente que sea tenga un proceso de neurodesarrollo típico o atípico, abogamos por una mirada interdisciplinaria de la educación y de las estrategias de aprendizaje en aula. Al considerar la varialibilidad individual en nuestras aulas, lograremos respetar el individuo, entender la neurodiversidad, ser inclusivos y creativos, haciendo de las estrategias eficazes, efectivas, afectivas, positivas  y personalizadas. 
    4. Considerar al estudiante como un todo, y por ende, estimular el desarrollo de capacidades y habilidades que abarcan seis dimensiones del desarrollo humano: al conocer el funcionamiento del cerebro, se puede determinar qué capacidades o habilidades pueden ser estimuladas, o entrenadas, para mejorar los procesos de aprendizaje y desarrollo de un individuo. Saber cómo funciona la base neurobiológica que sustenta las diversas capacidades y habilidades de las seis dimensiones del desarrollo humano (cognitiva, emocional, moral, física, sensorial y social) y entender el estudiante como un ser humano completo, permitirá replantear los programas curriculares, las estrategias pedagógicas, el estilo de evaluación, los materiales pedagógicos,  los ambientes de aprendizaje,  los entornos sociales y las acciones de promoción de la salud física y mental de estudiantes y educadores. 
    5. Colaborar con la transformación del perfil docente y de la práctica pedagógica inspirados en evidencia científica: conocer y entender al cerebro humano abre un campo multidimensional a los educadores para que puedan mejorar su perfil y su relación con los estudiantes; innovar su propuesta de enseñanza y perfeccionar su metodología, sus recursos y las formas de evaluar lo aprendido. Todos estos desafíos se hacen más fáciles de vencer si el educador y el ambiente de aprendizaje están matizados por emociones positivas, por relaciones interpersonales saludables y por un proceso de enseñanza centrado en el estudiante.
    6. Participar activamente de la incorporación del aprendizaje y desarrollo socioemocional en los entornos educativos como elemento clave para el florecimiento humano: el proceso de aprendizaje no convoca solamente las funciones ejecutivas o habilidades cognitivas del cerebro humano. Aprendemos porque el cerebro trabaja como un todo, porque hay una estrecha relación entre las dimensiones cognitiva, social, emocional y el organismo como un todo. En este sentido, las evidencias demuestran que incorporar el aprendizaje y desarrollo de habilidades socioemocionales en las escuelas ayudará a garantizar el éxito en el aprendizaje, el desarrollo de mejores relaciones e interacciones, la regulación del comportamiento, un clima escolar favorable, una relación positiva con las familias y principalmente, impactará profundamente en el florecimiento humano en los entornos educativos. 

En el  Proyecto Transformando Escuelas, llevamos a cabo un proceso de formación exclusiva para el staff del centro educativo, practicando nuestros principios y dando soporte a los procesos de implementación del cambio, de acuerdo con las áreas de innovación que el colegio esté dispuesto a transformar.

La ASEDH y el IMCE  participan activamente en el fomento de la educación basada en la ciencia y la evidencia a través de sus  programas de formación con la meta de promover cambios profundos y seguros en los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Para los educadores que no son parte del staff de las instituciones que llevan a cabo el proyecto, pero que están interesados en transformar práctica pedagógica, podrán acceder a los programas de formación escribiéndonos a  info@imce.la