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El rol de las emociones en el aprendizaje virtual

Cuando el aprendizaje va acompañado de emociones, generadas por un maestro que sabe acercarse y vincularse con sus alumnos, así como motivar y generar un ambiente que propicie el respeto, sin duda se consolidan los aprendizajes de mejor manera.

Investigaciones demuestran que el estado emocional de una persona influencia directamente sobre cómo su cerebro procesará la información. Frente a esto, cuando un estudiante se encuentra con situaciones de aprendizaje que generen emociones agradables y positivas como la sorpresa, la intriga, la alegría o la admiración, el estudiante aprende mejor. En cambio, si el estudiante está expuesto a un ambiente académico cargado de emociones y situaciones desagradables como el miedo o el castigo, el aprendizaje no es efectivo. Esto demuestra que el cerebro responde de maneras diferentes ante las diferentes emociones que, como educadores, propiciemos a nuestros alumnos.

Ante esta “nueva normalidad” donde maestros y alumnos se han visto obligados a alejarse de las aulas y conectarse virtualmente, se genera un nuevo reto, donde se ha visto necesario que los maestros se reinventen, buscando nuevas formas de acercarse a sus alumnos a pesar de la distancia, así como motivarlos hacia un aprendizaje más autónomo. Es así, que el escritorio, sala, o cuarto del maestro, se convierte en el aula, y cada espacio de los alumnos dentro de casa, en el espacio de aprendizaje.

Esta distancia física, aunque represente un desafío, puede generar grandes oportunidades, como por ejemplo, el mantener una relación cercana utilizando los recursos que brinda la tecnología para mantener una red afectiva activa, donde los maestros continúan incitando el interés, la motivación e incluso un nivel saludable de estrés que le permite a los alumnos actuar frente a las demandas de la educación desde casa.

Y aunque los aparatos electrónicos se han vuelto herramientas indispensables para sobrellevar esta realidad, es el vínculo afectivo sincero del maestro la herramienta más necesaria para la educación de los niños. Como demuestran las investigaciones, las emociones son esenciales en el proceso de aprendizaje, sea en la modalidad presencial o virtual.

 Autor: ASEDH

Colaboradora: Silvana Saroli

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