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¡Autorregulación para todos!

Ante el anuncio del Ministro de Educación que el 2020 sería un año en que todos los estudiantes pasarán de año se ha evidenciado una falta de interés por continuar con las clases y seguir el programa de Aprendo en Casa.

Conversaba con un colectivo de directores del sector de educación pública, me contaban que ya desde julio notaban menos compromiso por parte de los padres de familia y por consiguiente de los niños y niñas y adolescente, pero ahora en octubre la cosa está peor. Eso los desmoraliza porque ven que todo el esfuerzo puesto durante el año en pocas semanas se está desvirtuando y la UGEL sigue pidiendo evidencias. No se dan cuenta de la problemática.

Nuestro sistema educativo tiende a un trabajo desde la hetero regulación. Se estaría evidenciando que para cambiar de verdad debemos de partir de programas y propuestas que desarrollen la “autorregulación” y que no sea la amenaza de “jalar” o de “recibir un castigo o un premio” el motor de las propuestas educativas del Perú.

La neurociencia nos abre paso a conocer como la autorregulación es posible si conocemos su mecanismo cerebral y su desarrollo consciente.

Si queremos cambiar nuestra sociedad debemos de preparar a la comunidad educativa, sólo así, seremos mejores ciudadanos, mejores personas porque actuaremos desde una motivación intrínseca.

 

Mi teoría de la coima

Como educadora he tenido la oportunidad de analizar porque en nuestro país es tan fácil justificar el dar o recibir una coima. Luego de algunos ejercicios en diferentes espacios, tanto con estudiantes, padres de familia y colegas, me di cuenta de que muchos están preocupados por los “premios” y exigen que sus hijos sean premiados por hacer, decir u obtener una buena nota o sobresalir en un deporte. Muchos consideran que la profesora en “injusta” cuando no premia el niño o niña. De ahí parte la idea de que cuando hago algo bien, aunque sea mi responsabilidad debo ser premiado… y me “merezco” algo más.

Cuantas autoridades, creen merecer “algo más” por hacer su trabajo… y aceptan la coima, pues la ven como un premio por su excelente trabajo.

Cambiemos de una vez, los premios deberían ser aplausos, menciones, compartir el trabajo, exponerlo, socializarlo, para que brinden inspiración, conocimiento, etc. a los demás. Qué socialmente sea un gran aporte y que no haya un tema material tras este gran esfuerzo.

Fomentado la autorregulación que debe ser modelada por padres de familia y profesores en general.

Autora: Patricia de la Puente – Directora Académica de IMCE

alandavere

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